miércoles, 19 de agosto de 2009

Castillo de Zalatambor (Historia)
















ORIGEN


No se conoce nada sobre el castillo estellés anterior a la primitiva tenencia de Lizarrara, la fortaleza más antigua, centro de uno de los distritos político-militares de la monarquía pamplonesa. Probablemente fue poco más que una torre, donde tendría residencia el tenente, en tanto que al otro lado del río se agruparían las familias campesinas dependientes del rey . Esta es la noticia más antigua de los castillos estelleses.

ZALATAMBOR

Residencia real de los Reyes Teobaldo II ( casa de los Champaña), Carlos II el Malo y Carlos III el Noble ( casa de los Evreux); fue archivo real, sede de la tesorería, prisión de malhechores y lugar de ejecución.

El Castillo es de denominación roquera, ya que se adapta a la morfología de la roca, en su construcción y diseño.

Estella poseyó uno de los más poderosos sistemas defensivos de Reino de Navarra, que sirvió de residencia a los Reyes de Navarra en el s.XIII.
Este castillo no era una fortaleza aislada, sino que estaba integrado en un formidable dispositivo castramental que incluía los fuertes o castillos de Belmecher, Zalatambor y la llamada La Atalaya, constituyendo una plaza inexpugnable, un conjunto fortificado de enorme complejidad.
Estos castillos constituyeron hasta el siglo XV los elementos más prominentes de la arquitectura civil y militar estellesa.

Lo más importante es recordar que era un castillo muy potente y sólidamente construido que merece la pena recuperar y ver. Fue importante en el Reino de Navarra, como llave defensiva (de hecho, en 1560 a Pamplona se le representaba con los arcos, a Tudela con un puente y a Estella con sus dos fortalezas).

Se cree que Zalatambor se construiría en el s.XII y Belmecher en el último cuarto del s.XIII.
En momentos anteriores no podemos hablar, porque no hay documentación escrita, sólo la hay desde finales del XIII (a día de hoy podemos añadir lo que nos proporcione la arqueología).

Este punto fortificado fue levantado primero como cabeza de distrito para el gobierno del Reino, y paulatinamente se convirtió en protector de Estella y de la frontera de Navarra con Castilla, función muy bien cumplida en los siglos XIII, XIV y XV.

Situado el entramado defensivo en la margen derecha del río Ega, dominaba desde su altura toda la ciudad, disfrutando a la vez de un extenso panorama de los montes y campos de la depresión estellesa.
La parte noroeste del castillo que miraba a la ciudad era totalmente inaccesible por lo escarpado de la roca, no así el lado opuesto, que siendo menos escarpado, facilitaba el acceso al mismo.
En esta parte se construyeron fuertes cubos y murallas que hacían del mismo una fortaleza inexpugnable.

Hay cronistas, como Francisco de Eguía, que lo definen como “inexpugnable por naturaleza y hermosa y apacible por su fábrica real”.

La edificación de Zalatambor se llevó a cabo tras la mencionada repoblación del año 1090 por el rey Sancho Ramírez, pero no se puede desechar la idea de que hubiese otros asentamientos anteriores a la citada época en ese mismo lugar.

Parece que en el siglo XIII el conjunto defensivo ya estaba completo.
El baluarte de Zalatambor protege al barrio franco, y Belmecher el flanco oriental. La Atalaya se encargaba de la defensa sur.

El primer asedio que sufrió la fortaleza fue en al año 1200 .

Seis años más tarde, en 1206, volvieron los estelleses a demostrar su fidelidad al rey.

Durante las guerras civiles entre Agramonteses y Beaumonteses comenzadas en 1451, Estella era cuartel general del bando agramontés, y sufrió asedios en 1429 y 1444.

Entre 1446 y 1484 la fortaleza pasa alternativamente del bando agramontés al beaumontés.

En verano de 1512, hallándose la fortaleza en manos de Juan Ramírez de Baquedano, se desata una ofensiva castellano-beaumontesa. El castillo resiste el asedio, ayudado desde las iglesias de Santo Domingo y Santa María.

Finalmente Zalatambor es tomado cuando su alcaide muere de un balazo.

A través de los diferentes asaltos y sitios que la fortaleza de Estella soportó en su historia, quedó demostrado que ni una sóla vez fueron doblegados ni conquistados por el rigor de armas, sólo se entregó por acuerdo en el año 1512.

Consumada la conquista castellana, desaparece la tensión en la frontera sur, y por consiguiente, la fortaleza de Estella pierde interés estratégico.

Fernando el Católico comenzó a consolidar su dominio reorganizando sus defensas de acuerdo a su propósito político. Para ello procedió a fortalecerlas posiciones con interés estratégico, para mantener el control y ordenó la demolición de aquellas que no podía guarnecer y que podían llegar a representar un peligro para sus intereses .
Así fueron derribadas las murallas y la fortaleza de Belmecher . Parece que es en este momentos cuando se desmochan las torres fortificadas de las iglesias de San Miguel y de San Pedro de la Rúa. La muralla de Estella prevaleció hasta el siglo XIX.

En 1558 el virrey informa que el castillo está mal provisto y es de poca utilidad, lo que augura su final.

En 1572 Felipe II firma la orden de demolición de la vieja fortaleza de Estella.
Sus materiales fueron utilizados en la ciudadela pamplonesa y en la reconstrucción de la iglesia de San Pedro, ya que al caer el castillo sobre San Pedro, destroza dos alas del claustro y parte del ábside.

Hay que reseñar que el castillo fue sometido a expolio (usado como cantera) por todos los estelleses.

El castillo de Estella fue RESIDENCIA REAL desde el s. XIII.

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